viernes, 2 de mayo de 2008

DISCURSO DE PIEDAD CORDOBA

PRESENTACION DEL LIBRO "SIMON TRINIDAD, EL HOMBRE DE HIERRO", DE JORGE ENRIQUE BOTERO,
A CARGO DE LA SENADORA PIEDAD CORDOBA


Bogotá DC., abril 29 de 2008, Feria Internacional del Libro

Agradezco la oportunidad que se me brinda, en este evento internacional, de hacer la presentación del trabajo, a mi juicio trascendental, que el insomne reportero y escritor que es Jorge Enrique Botero acaba de someter al análisis de los colombianos y colombianas de este tiempo y del porvenir.

Se trata de una obra que, sin lugar a dudas, va a generar una gran discusión nacional por su visión independiente y transgresora en torno a uno de los factores que con mayor impacto está perturbando el desarrollo de nuestro proceso socio-político, como es el conflicto interno armado, político y social que hemos padecido durante sesenta años.

Jorge Enrique Botero, desde hace varios lustros, armado sólo de su valentía sin orillas y de una libreta de apuntes y, en ocasiones, de un equipo de televisión, ha logrado impactantes registros de nuestra más cruda realidad, extraídos con ingenio y agudeza de las reflexiones que los actores menos aceptados confiesan en relación con el eterno drama humanitario del país.

Pero Botero no lo ha hecho de cualquier manera, ni motivado por la ilusoria expectativa de figurar -que bien merecido lo tiene- en los anales de la literatura de investigación, ni amparado en fáciles recursos o en muelles oportunidades logísticas.

Por el contrario, ha asumido su oficio de reportero de la vida y de la rebeldía con valentía y con coraje. Incluso con una dosis de buen humor que lo protege de los aludes depresivos, muy corrientes en una atmósfera eléctrica como la que la actual situación nacional nos depara.

Desafiando preconceptos y riesgos que pocos de sus colegas se atreverían a enfrentar, situados ellos y ellas en el dorado refugio de las comodidades capitalinas, conque los grandes grupos económicos les encadenan, para pisotear la dignidad del pueblo colombiano.

Botero marca distancia con el convencionalismo de los lugares comunes y con la genuflexa conciencia del paraperiodismo sumiso, que hace la guerra simbólica en beneficio de los intereses creados y crea matrices de opinión adversas a la realidad para congraciarse con el régimen mafioso.

Con "Espérame en el cielo, capitán" y "Últimas noticias de la guerra", en su nuevo libro "Simón Trinidad, el hombre de hierro", Botero articula una saga extraordinaria de miradas profundas a la naturaleza de nuestros conflictos sociales y políticos. Y se aparta de los estereotipos vocingleros que estigmatizan a la "contraparte" y transmiten sus boletines desde los aviones de las brigadas militares o de rodillas ante los escritorios del ministro de turno.

En sus contenidos el autor logra hacer visible esa Colombia oculta, marginada y combativa que tantas vidas ha entregado buscando las posibilidades de un cambio real de la sociedad que les permita superar las dolamas causadas por la irritante concentración de la riqueza y por el malevaje de una oligarquía de corazón pequeño y unas mafias sin alma.

Sin embargo, éste nuevo trabajo, difiere de sus anteriores en que está dedicado a trazar los rasgos humanos y humanistas de un hombre nada común, es decir, el perfil de Simón Trinidad, guerrero por la paz, contradicción en los términos que sólo la resuelve la voluntad de un intelectual a quien las condiciones infrahumanas de sus compatriotas llevaron a empuñar las armas de la insurgencia contra la antipatriótica explotación de unos pocos.

En este excepcional trabajo, Jorge Enrique Botero se vuelca con todo un mar de recursos estéticos, en el que imbrica diversos géneros que van desde la reportería, la petit histoire y la narrativa policroma, hasta el ensayo biográfico, que trabaja con esmero de artesano en el oficio de escribir.

De un momento a otro el lector se siente atrapado por la plástica narración que Botero va tejiendo en segmentos aparentemente inconexos, que luego entrecruza como si tuviera cuatro o más cámaras de filmación a la vez, en las que la figura central aparece ambientada, soberbiamente escoltada por contextos naturales, culturales y humanos de diversa procedencia, en cuyas geopolítica y rostros se concreta la tragedia nacional.

Todos ellos, personajes y espacios, aparecen silueteados por la luna campesina en las noches de la selva, dibujados con el aura de su ética alumbrando sus sospechas; o con el vehemente sol arrebatando sus sangres o el viento vegetal excitando la vida.

Qué bello libro el que ha producido Jorge Enrique Botero. Por que no sólo son las excelentes metáforas y las construcciones impecables de su estilo narrativo las que lo hacen atractivo, sino que en el curso de su escritura tiene la virtud de bosquejar los matices sociales y culturales de la guerra que el sectarismo hegemónico y derechista de las roscas no deja ver.

La figura humana de ese economista pequeño burgués que fue en su época de vallenato Ricardo Palmera, crece al compás de la historia en su contacto con los problemas sociales, con sus expectativas de democracia y hasta en su valentía para enfrentar las armas de la república, o asumir sin autocompasión alguna el encierro en un cuarto estrecho del cual sólo sale su imaginación creadora y sus utopías revolucionarias.

Por Jorge Enrique Botero, por su exquisita prosa, sabemos que Simón Trinidad es un hombre de profundas, de radicales convicciones democráticas y de sensibilidades nacionalistas motivadas en múltiples lecturas derivadas de los pensamientos bolivarianos, esos que hoy vuelven con gran ímpetu a estimular los cambios en nuestra América.

Distinto, muy distinto al ser abominable y sectario que los panfletos del retardatario régimen nos ofrece por los medios masivos de comunicación.

Alrededor de Trinidad, hay amores, desamores, ciudades, aldeas, bosques, caminos, selva, ríos, pero sobre todo gente, ideas y conceptos políticos que Botero se encarga de plasmar con rigurosa fidelidad.

Militante del Nuevo Liberalismo y de la Unión patriótica, Trinidad vio caer asesinados a miles de sus compañeros y debió refugiarse y exiliar su familia en México. Trasegar por los caminos de la clandestinidad, evadiendo la persecución de la extrema derecha empotrada en el gobierno que llegó a amenazar desde nuestro Nóbel García Márquez hasta al querido poeta Luís Vidales de ochenta y dos años, a quien sacaron de su tibio lecho una madrugada para interrogarlo sin pausas durante dos días en las caballerizas de Usaquén, supuestamente por ser una amenaza para la estabilidad democrática de la nación.

Posiblemente creían que sus versos rebeldes eran misiles subversivos o su prosa irónica basukas emplazadas contra el orden establecido.

Cuando se preparaba para realizar un contacto con James Lemoyne en la ciudad de Quito para impulsar el acuerdo humanitario, Trinidad fue aprehendido por la policía internacional, iba armado de su fe y escoltado por su compañera y por pequeña hija, y un tiempo después fue extraditado por el actual presidente del "corazón grande" a los Estados Unidos.

No hay, no puede haber una explicación distinta para la decisión de este hombre de enrolarse en las fuerzas insurgentes de las FARC, que el modelo de desarrollo injusto y excluyente sustentado en el fundamentalismo neoliberal que ha predominado en nuestro país en las últimas décadas.

La rebeldía de tantos Simón Trinidad como hay en Colombia, se sustenta principalmente en la reconfiguración forzada del modelo productivo colombiano, en el comportamiento político de las élites dominantes y en la forma como se crea, se distribuye y se acumula la riqueza y la pobreza en la sociedad colombiana.

Como bien se ha dicho, el conflicto interno se alimenta con causas ancladas en una sociedad profundamente excluyente y autoritaria y en un modelo de desarrollo que no ofrece opciones de vida dignas a amplios sectores de la población, sobre todo a aquellos vinculados al mundo rural y agrario y a los sectores más marginales de las ciudades.

Seguir considerando la realidad nacional en términos de simple amenaza terrorista es tal vez el mayor obstáculo al que se enfrenta la sociedad colombiana para salir de la larga encrucijada de la guerra.

De acuerdo con el excelente trabajo de Alberto Yepes sobre conflictos globales y poder mafioso en Colombia, la sociedad toda está siendo victimizada a causa de un clima persistente de violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

Y por una casi absoluta impunidad que se ha agravado en los últimos años con el ascenso de una mafia narcotraficante y paramilitar que, con el pretexto de combatir a las guerrillas, se consolidó como poder local y regional, ejerció el terror de manera sistemática sobre la población y practicó el despojo masivo de bienes y tierras a la población.

Una terrorífica mafia narco paramilitar -dice el mismo estudio- que ha cometido unas 3.500 masacres entre 1982 y 2005 –desde las convivir hasta la Seguridad democrática-, desaparecido a más de 15.000 colombianos(as) que sepultó en unas 4.000 fosas comunes, y ha asesinado a más de 1.700 indígenas, 2.571 sindicalistas y cerca de 5.000 dirigentes políticos de izquierda democrática.

Cuatro millones de desplazados y seis y medio millones de hectáreas de tierra, despojadas violentamente a los campesinos de Colombia, es el inventario que el modelo de los señores de la guerra le dejan al país.

Mientras el régimen mafioso les entrega el ramo de olvido de una ley de justicia y paz que beneficia y perdona a los victimarios y prolonga la angustia de las víctimas, encarcela, acosa y deslegitima a los actores democráticos que buscamos la salida incruenta a la prolongada confrontación.

En este magnifico libro, Jorge Enrique nos narra los pormenores de los juicios públicos en la Corte de Justicia en Washington, el inhumano presidio, los testimonios falsos de testigos prevaricadores y cargos inventados.

Pero también nos traduce el admirable ejemplo de un hombre de hierro, que tiene la moral en alto, la energía juvenil de un combatiente por la libertad y los ojos abiertos hacia el futuro de Colombia.

Yo, al igual que Martin Luther King tengo un sueño: el de que pronto superemos esta noche larga y tortuosa, con una alborada luminosa de paz. Que los hombres y mujeres que hoy están obligados a combatir desde los riscos insurgentes, empujados por un modelo de desigualdades y de injusticias, regresen pronto a la civilidad donde tendremos un Estado y un gobierno que les ofrece garantías y oportunidades democráticas.

El trabajo de Jorge Enrique Botero, "Simón Trinidad, el hombre de hierro", tiene derecho propio, por sus méritos estéticos y su fiel registro de los hechos a un lugar de preeminencia en la historiografía colombiana. Es un libro que tiene en sus entrañas la huella indiscutible del valor de un gran periodista que lucha por la emancipación y la verdad.
El material que difundimos referencia la fuente emisora y por lo tanto la misma responde por su contenido


Divulga
FORTALEZA
Identidad, Pensamiento y Acción

SEGUNDA ENTREGA DE LAS CRONICAS DEL PARO UN 2008


En la primera parte de esta crónica les contaba un poco como fue el proceso general de preparación del paro en la UN, y los motivos que hoy de nuevo nos convocan a este acto de resistencia, en esta segunda entrega la idea será entonces describir como fue el proceso por facultades y contarles lo que ha pasado durante los últimos días.

Después de la asamblea del 13 de marzo, todas las facultades nos pusimos en la firme tarea de informar, entonces empezaron los foros en facultades como derecho y ciencia política, enfermería y medicina veterinaria y zootecnia, mientras se reforzaban los que se habían venido adelantando en facultades como ciencias económicas, además de tratar en estos espacios el tema del Estatuto, se trató también el tema presupuestal, y los cambios en el Plan de Estudios que todas las carreras vamos a implementar de acuerdo en lo aprobado en el polémico Acuerdo 033 de 2007 (reforma académica), se hicieron mítines, se paso por salones, hicimos carteles, en fin todo lo que usualmente se hace a puertas de un paro pero en otras condiciones por que como ya les había comentado lo primero que hicimos fue informar a la gente en medio de la normalidad académica, así que la campaña también orientada a generar un poco de expectativa y cuestionamientos en el estudiantado y la comunidad universitaria en general.

Sin embargo y haciendo un llamado a la honestidad, debo reconocer que la respuesta no nos la esperábamos, por que las facultades que históricamente habían respondido a las coyunturas con fuertes movilizaciones en esta oportunidad no respondían, muestra de ello son las dos asambleas canceladas en derecho por falta de gente, las dudas que se tenían respecto a la respuesta de la gente de medicina veterinaria y zootecnia y el ambiente de desinformación que pese al trabajo realizado por la FEU, el CRES y el consejo estudiantil de ciencias económicas, se sentía en esta facultad.

Al mismo tiempo y para completar nuestro asombro, facultades difíciles históricamente como Medicina y Ciencias empezaban a generar espacios de información de manera regular y siempre con una presencia importante y motivante para continuar en el trabajo.

Mientras eso pasaba, llego la segunda asamblea triestamentaría, que fue convocada al igual que la primera por la Coordinadora de la UN, en esa oportunidad, la mesa logró un difícil objetivo: equilibrar la asamblea entre los que hasta ese momento empezaban a enterarse de la coyuntura y los que viendo la gravedad de la situación, querían movilizarse, entrar en paro, así se ratificó el estado de EMERGENCIA en el que una semana antes se había declarado la universidad y se dio un impulso a los procesos por facultades.

Después de esa nutrida asamblea de la que todos salimos satisfechos tanto por lo que se dijo como por la concurrencia que tubo (alrededor de mil personas en medio de normalidad académica)y pese a la condición de apatía de las facultades “históricas” regresamos a trabajar desde la base, y pese a la carga académica, a los problemas o las dificultades, NUNCA nos rendimos, NUNCA dudamos del momento histórico que nos corresponde NI del grave riesgo que corre la educación superior pública en Colombia, por eso, por ejemplo en la facultad de derecho, convocamos a una nueva asamblea el 7 de abril, a la que llegaron un importante número de estudiantes y mas importante aún si tenemos en cuenta la cancelación de las otras dos, y salimos con la sorpresiva reacción de la gente, una declaratoria de paro de la facultad y un bloqueo automático después de la asamblea.

Por eso mismo, en la facultad de ciencias económicas se realizaron bloqueos informativos, y llegaron a la asamblea triestamentaria con un ambiente receptivo y de aceptación a lo que en ese espacio se dijera reconociéndolo como el legítimo espacio de decisión de la comunidad universitaria, por eso, el balance dado por cada una de las facultades, registraba un fuerte trabajo impulsado en gran parte por la Federación, sus grupos de trabajo y cada uno de los federados, por eso, por nuestro trabajo el 8 de abril de 2008 a las 12M la universidad nacional de Colombia sede Bogotá entra en paro por lo menos hasta el 15 de abril día en que el Consejo Superior Universitario se reunía para hablar de la reforma al Estatuto Estudiantil.

Desde ese momento, todas las facultades garantizaron la anormalidad académica sorteando la eterna discusión de bloqueo SI o bloqueo NO, como si un arrume de puestos fuera el problema, como si los arrumes por si mismos hicieran la presión necesaria para detener tan nefastas reformas en nuestra alma mater.

Así, la facultad de ciencias que gratamente nos había sorprendido antes, lo volvió a hacer, pues a raíz del trabajo realizado por nuestros compañeros, ellos mismos, para garantizar la anormalidad académica estaban generando bloqueos, y su participación en la consulta había rebasado todas las expectativas, de manera paralela e igualmente gratificante, los compañeros que conforman el programa PAES( programa de admisión especial) habían dado inicio a un proceso de organización ejemplarizante, se habían reunido en asamblea, iniciaron el estudio de las propuestas de reforma al estatuto y nos regalaron un deliciosos almuerzo cocinado al calor de la olla comunitaria luego de la primera movilización que en esta oportunidad realizamos como movimiento triestamentario.

Dos o tres asambleas después, hacen presencia como grupo identificado, la comunidad de estudiantes afro colombianos, que bajo la consigna de un nuevo gobierno universitario que permita hacer de la UN, una universidad realmente diversa e incluyente, se articuló a nuestra lucha en contra en el marco de esta coyuntura sin abandonar sus reivindicaciones particulares.

De la consulta:
Una de las cosas que más le criticamos al estatuto es que su reforma es una imposición de las directivas, NO el resultado de un proceso amplio y democrático donde los estudiantes, profesores y trabajadores como estamentos legítimos de la universidad, hayan tenido un espacio de desición y participación real.

Por eso decidimos en diferentes espacios, apoyar la iniciativa de los representantes estudiantiles de llevar a cabo una consulta sobre esta coyuntura, consulta que arrojo resultados contundentes; con una participación de más de 15 mil estudiantes ( participación superior que en cualquier consulta de la historia reciente de la UN, y las elecciones a representantes), donde el 90% de los participantes dicen no haber participado en la construcción de la propuesta su inconformidad frente a la aprobación de la propuesta que habían divulgado las directivas y su deseo y compromiso de participar en un proceso de construcción de la reforma tal como NO lo había sido este, democrático amplio e incluyente, reafirmando su carácter antidemocrático, y la posición de las directivas contrapuesta a la de los estudiantes, vida y razón de ser de la universidad.

De los hechos de los últimos días:
Últimos días denomino después del 15 de abril, día en que efectivamente y como lo había mencionado algunas líneas mas arriba se reunió el CSU, discutió y aprobó en segunda ronda (es decir de manera definitiva) el Estatuto Estudiantil en sus disposiciones académicas (por que hay un documento donde se condensan las disposiciones de “Convivencia y Confianza” o mas bien de seguridad democrática).

Ese día la comunidad universitaria había convocado diferentes actividades, como un pupitrazo en la sede Medellín y una concentración durante todo el día en frente del edificio donde sesiono el consejo en la sede Bogotá.
En la sede Medellín en el marco de esta actividad se registraron enfrentamientos con el ESMAD donde 23 estudiantes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad por exceso de gases inhalados, y otra compañera, también grave por un incidente con una granada de dispersión lanzada por uno de los miembros del ESMAD.

En la sede Bogotá también se presentaron disturbios, producto de la indignación de los estudiantes y la represión propia de un régimen como este, lo que sucedió fue: el representante estudiantil siendo coherente con la voz de la comunidad universitaria dio un importante debate en el seno de la sesión sobre por que no debía discutirse y menos aprobarse la reforma, sin embargo “perdió” en este cuerpo colegiado por la característica clásica de la “democracia universitaria” (la posición minoritaria numéricamente en el CSU a pesar de ser el estamento mas grande e importante de la Universidad) , así que una vez aprobado el punto para ser evacuado ese día, el representante se salió, habló con la comunidad y quienes estábamos allá decidimos dirigirnos a la calle 26 hicimos un plantón y en ese momento empezaron a escucharse propuestas de una toma a la unidad administrativa “URIEL GUTIERRES”.

Por considerar totalmente errada esa propuesta para el momento; dadas las condiciones logísticas y de seguridad tan precarias, en la mitad de la calle los miembros de la federación dimos el debate con aquellos que habían empezado a llevar la gente de nuevo hacia “el Uriel” hasta que logramos llenar de motivos a quienes estaban a nuestro lado para entrar hacia el campus de la universidad, (por que el vicerrector de la sede Fernando Montenegro se había inventado una bomba, había hecho evacuar el campus y necesitábamos mantener abierta la UN para reunirnos, y simplemente por que la “nacho” para y reestablece el orden cuando la comunidad que le da vida lo decide, NO cuando una directiva corrupta y mentirosa lo ordena) y salir por la carrera 30 (avenida por donde pasa transmilenio) para realizar un plantón allá.

Una vez en la 30 se presentó una nueva confrontación debido a la actitud amenazante del ESMAD, la gran mayoría de los que estábamos sobre la avenida empezamos a gritar también en contra de estos actos, sin embargo este acto fue ignorado por el ESMAD, quien llego a lanzar gas pimienta (nos lanzaron 5, una tras otra) lo cuál hizo que la gente entrará a la universidad de manera desordenada, caótica y buscará especialmente pasto para relajar los pulmones y evitar los efectos del gas pero…. Había llovido y estaba todo mojado así que lejos de ayudar, el pasto al contacto con la cara de la gente aumentaba el malestar iniciado por los gases, el paisaje se había sumergido en una nube de humo y cuando esta se empezó a disipar estábamos inmersos en un enfrentamiento con el ESMAD. En el proceso de encontrar y unir a todos nuestros conocidos, los federados, vimos como de repente todo e mundo se dirigió a la calle 26 (de donde nos habíamos movido que por que allá no se hace presión de ningún tipo) a continuar con el tropel; por que desdibujaba el carácter del movimiento, por seguridad, y por otros motivos al lado de estos, no participamos en esos enfrentamientos, procuramos reunirnos y descansar un poco.

Seguido de esto se presentó una asamblea improvisada en el Leon de Greiff analizando los hechos presentados y preparando la asamblea triestamentaria convocada para el día siguiente.

Desde ese día la universidad está cerrada, sin clases y físicamente, hemos entrado por que en las mañanas algunos estudiantes que están acampando y otros que se dan cita en la entrada de la 26 a eso de las 7-8 AM tumban la reja (“La reja” porque siempre es la misma) y eso permite el acceso durante el día a todos, desde ese día en lo que nos hemos querido enfocar es en la parte de comunicaciones, como asamblea triestamentaria, dimos en cabeza de los representantes estudiantiles del orden nacional, una rueda de prensa, entramos a una convocada a menos de 24 horas por la administración, hemos dado entrevistas, hecho carteles. Hemos entrado al campus por que al movimiento estudiantil y a la universidad, no los detiene Montenegro, los detiene el logro de sus objetivos, por que somos nosotros los estudiantes, trabajadores y profesores los que le damos vida a los edificios de la Ciudad Blanca, los llamados a defenderla para garantizar la mejor educación posible para un pueblo que mas que nunca necesita gente pensante.

Hoy desarrollamos en las afueras de la sede una tolda cultural, bastante concurrida y de mucho trabajo para sacar adelante, pero finalmente gratificante por que logró el objetivo de reunirnos, formar lazos de fraternidad entre compadres y compañeros, y se viene lo mas duró, seguir trabajando para que cuando re abran la universidad las directivas y regrese la gente, se retome el estudio del Estatuto, de la coyuntura, el movimiento con el que nos jugamos el todo por el todo en la nacho y no se muera hasta que le de la victoria a la comunidad universitaria y al pueblo colombiano, Así que adelante compañeros, que la lucha no ha terminado, hasta ahora empieza, y no podemos dejar morir la conciencia crítica de la nación.

¿Son las FARC terroristas?


lunes, 12 de noviembre de 2007
A pesar de los intentos del régimen narco-paramilitar de Álvaro Uribe Vélez para restarle credibilidad a las FARC, la organización insurgente colombiana cada día que pasa gana más respetabilidad y receptividad en amplios espacios de lo que se ha dado en llamar la ‘comunidad internacional’ y ni qué decir a nivel nacional. Allende La Paz.
A pesar de los intentos del régimen narco-paramilitar de Álvaro Uribe Vélez para restarle credibilidad a las FARC, la organización insurgente colombiana cada día que pasa gana más respetabilidad y receptividad en amplios espacios de lo que se ha dado en llamar la ‘comunidad internacional’ y ni qué decir a nivel nacional.
Ello ha sido más que evidente en lo que Alfonso López Michelsen llama ‘la crisis de la crisis’, es decir, la reciente y terrible muerte de los 11 diputados del Valle del Cauca, caídos por el ‘fuego cruzado’ entre las FARC y un grupo militar no identificado, pero que todo apunta hacia grupos altamente especializados de las fuerzas militares con asesores estadounidenses, que tienen la pretensión de ‘rescatar’ a los prisioneros en poder de las FARC, que es lo mismo que matarlos en esos ‘intentos’.
La opinión internacional recibió el anuncio del Comando Conjunto de Occidente de las FARC como una muestra de seriedad de la organización guerrillera colombiana y le dio la credibilidad que ameritaba tal noticia. Por ello el pronunciamiento de la Presidenta de Francia y la Cancillería de ese país no pudo ser más clara: Francia manifestó su oposición total a la orden de ‘rescate militar’. Así de esa manera, nada diplomática claro, pero necesaria en ese momento.
La condena a las operaciones militares de rescate fue la nota predominante en las publicaciones internacionales. Todas, a una, reclamaban que la culpabilidad recaía –y recae- en el presidente colombiano. Nada más cierto. Ya lo han dicho otros analistas de diferentes medios.
Uribélez y su política de guerra
¿Será necesario que la guerra ‘toque’ a la oligarquía para poder dialogar sobre la Paz?
Casi cinco años de permanencia en inquilinato en la Casa de Nariño de Alva-raco Uribélez no han hecho nada más que profundizar la guerra en Colombia y anegar los campos y ciudades colombianas con sangre inocente.
Sus alaridos declarando la guerra a las FARC –al tiempo que la niega farisaicamente- son ya hechos consuetudinarios. Es un lugar común en las emisiones diarias que los diferentes medios de comunicación en Colombia los estridentes llamados a los generales para que ‘rescaten’ a los prisioneros en poder de las FARC.
No hay escenario en que no lo haga. En Cali –a donde viajó sospechosamente dos meses antes a ‘gobernar’ desde allí- salió con la letanía del ‘rescate militar’. En Buenaventura ordenó con ‘babaza en la boca’ el rescate de Ingrid Betancur. ¿Por qué lo hacía en el Valle? Posteriormente el Comando Conjunto de Occidente de las FARC-EP señalaba en comunicado publicado en ANNCOL que todos los días se producían combates en la zona. El operativo militar que se desarrolla en el Valle, Cauca y Nariño es casi igual al que se desarrolla con el ‘Plan Patriota’ en el suroriente del país.
Son diarias ya las estridencias histéricas diciéndole a los militares –porque él es incapaz de hacerlo él mismo- que ‘ya hemos acabado la mitad de las FARC, ahora vamos por la otra mitad’, en cuento que ni él mismo se cree. ¿Por qué Alva-raco Uribélez odia tanto a las FARC? ¿Por qué su obsesión demencial por esta organización guerrillera? ¿Qué enfermedad mental aqueja al mandatario colombiano que se manifiesta obsesivo-compulsivo con las FARC?
Sin embargo, cuando producto de su política de guerra –ordenada por los gringos- quienes caen son miembros de la ‘clase política’ colombiana, no asume la responsabilidad, como correspondería a un verdadero estadista, o como hacen los colombianos comunes y corrientes todos los días en ejercicio de sus actividades cotidianas. Pero en cambio vemos a el diario El Tiempo declarando que ¡Colombia está de luto!, como si no lo estuviéramos desde 1948, o ¿será que para El Tiempo los muertos que cuentan son los de los oligarcas?
Pero Alva-raco Uribélez es cobarde, no se responsabiliza por los 11.282 asesinados ‘fuera de combate’ por sus fuerzas militares-narcoparamilitares. Nada dice de estos asesinatos. Nada, absolutamente nada. Y ahora trata de reivindicar la muerte de los diputados como un triunfo suyo al culpar a las FARC de ello. ¿Podrá concebirse mente más criminal, más enferma?
¿Hasta cuándo persistirá la oligarquía y los gobernantes de turno con sus políticas de guerra contra el pueblo? ¿O será que será necesario que la guerra en Colombia ‘toque’ a la cúpula de la ‘clase política’, a los empresarios, a la cúpula militar, es decir, a oligarquía colombiana, para que la guerra sea considerada en serio por el inquilino de la Casa de Nariño, para que comience en serio a dialogar una salida política al conflicto interno colombiano y alcanzar la Paz?
¿Quién le cree a los militares colombianos?
Los militares en Colombia siempre asesinan y nunca han respondido por esos crímenes.
Los militares colombianos –al igual que Alva-raco Uribélez- no asumen su responsabilidad cuando sus planes fracasan. Cínicas las declaraciones del general Freddy Padilla, cínicas y contradictorias. Basta darse una pasadita por la página de las fuerzas militares colombianas para ver la magnitud del operativo que desarrollan en la zona de influencia del Comando Conjunto de Occidente.
Recordemos el masacramiento de civiles cuando el Palacio de Justicia. Allí, todavía hoy, tratan de esconder sus crímenes, como los ‘gatos’. Recordemos que desde 1964 las fuerzas militares colombianas masacran a la población civil en aplicación de la progringa Doctrina de Seguridad Nacional, pretendiendo ‘secarle el agua al pez’.
Esta aplicación nefasta ha producido casi 100.000 muertos, civiles inocentes, inermes, y ha producido el contubernio impúdico de las fuerzas militares con las bandas narcotraficantes, llamadas narco-paramilitares. Mancuso es responsable del asesinato de 6.000 campesinos. “Jorge 40” de 2.500 asesinatos. “Don Antonio”, lugarteniente de “Jorge 40”, reconoce 533 asesinatos! Isaza ‘sólo’ se acuerda de 73! Y ninguno de los medios de comunicación ha manifestado ‘horror’ por este masacramiento inmisericordioso. Claro, es que los muertos son del pueblo!
¿Cuántas masacres han sido perpetradas por las fuerzas militares-narcoparamilitares en Colombia desde 1964? Desde Virgilio Barco (1986-1990) hasta Álvaro Uribe Vélez (2002-…) han perpetrado 3.726 masacres! En ese mismo período han desaparecido –datos incompletos- 6.525 colombianos (secuestrados, torturados y ejecutados sin contemplaciones); ejecutado extrajudicialmente (no en masacres, sino casos individuales) 28.245 colombianos; han desplazado forzosamente (casos denunciados y silenciosos) 5’440.000 colombianos.
Exterminaron la Unión Patriótica (5.000 líderes), partido de izquierda fundado cuando los acuerdos de la Uribe entre las FARC y el gobierno de Belisario Betancur, en aplicación de la DSN. Han asesinado 4.500 líderes sindicales –según cifras de los propios sindicalistas- para favorecer a las multinacionales y los empresas nacionales e imponer el neoliberalismo.¿Y quién responde por estos crímenes? ¿Los militares? NO! ¿Los gobernantes de turno? NO! ¿Quién se duele de ellos? ¿Los medios de comunicación oligárquicos? NO, porque como dicen los médicos, “el dolor más fácil de soportar es el dolor ajeno”. Es el pueblo quien los llora.
¿Son las FARC terroristas?
Las FARC no aplican el terror ni individual ni colectivamente.
En estos precisos momentos es una necesidad que la comunidad internacional analice la calificación de las FARC como una organización ‘terrorista’. Su inclusión en esta ‘lista’ fue hecha por presión del primer estado terrorista del mundo, Estados Unidos. Y ello no se compadece con la realidad.
La Unión Europea, especialmente, debe mirar objetivamente –reconsiderar- su posición respecto de las FARC. Los hechos de las FARC son serios y están al escrutinio de todo el mundo.
Las FARC nacen en 1964 como respuesta a la violencia desatada desde el estado colombiano en aplicación del Plan LASO (Latin American Security Operation) –un plan similar al Plan Colombia- y desde entonces su primera bandera es la paz entre los colombianos. Su seriedad respecto del Intercambio Humanitario 0 Canje de Prisioneros de Guerra –una acepción más real- ha sido clara, diáfana, categórica.
En un país en guerra –guerra del Estado contra el pueblo-, el pueblo desarrolla sus formas de resistencia –entre ellas la guerrilla de las FARC- y en esa guerra fratricida e impuesta, ha habido, hay y habrá muertos de parte y parte. Esa es la dolorosísima realidad. En esa guerra contra el pueblo participa todo el estado: poder ejecutivo (ordena la guerra todos los días), poder legislativo (legisla para la guerra, crea impuestos para la guerra) y el judicial (que penaliza y desaparece el delito político).
Todos son actores de la guerra englobados en una de las partes: el Estado. El estado pretende continuar aplicando sus doctrinas de guerra para ellos continuar gobernando y aplicando políticas que sólo favorecen sus intereses (ver el estado en que viven las comunidades en Colombia: indigencia, pobreza, miseria, falta de salud, de educación, servicios públicos, etc, en tanto la oligarquía se enriquece: durante los tres primeros años de la administración de Álvaro Uribélez, los dos grandes oligarcas de Colombia, Julio Mario Santodomingo y Luis Carlos Sarmiento Angulo, triplicaron sus fortunas! ).
El pueblo, por su parte, desarrolla sus formas de resistencia, incluida la creación de formas armadas, las guerrillas. Las FARC tienen un programa que establece como su objetivo la “toma del poder” y una estructura de mando que responde a las orientaciones del Secretariado Nacional. Sus acciones militares tienen siempre consideración política y su realización depende de consideraciones políticas.
Las FARC no son un grupo terrorista porque no aplica el terror ni individual ni colectivamente. Si aplicara el terror individualmente hubiera matado quién sabe a cuántos politiqueros tradicionales (liberales y conservadores) que han orientado el masacramiento de la oposición y de los luchadores populares a través de los militares-narcoparamilitares. Si las FARC fueran terroristas, tengan la seguridad, la oligarquía ya hubiera sentido en su carne la mordedura del plomo de la insurgencia.
Pero fieles a sus principios marxistas-leninistas, las FARC condenan el terror como forma de accionar político-militar y no lo aplica contra la oligarquía. Sus acciones van dirigidas a golpear a las fuerzas militares-narcoparamilitares y, obligados por las circunstancias de la guerra, en ocasiones captura a miembros de la ‘clase política’, a ciertos funcionarios estatales. Pero, hay que tenerlo siempre presente, no es su principal forma de accionar.
El Canje de Prisioneros y la Paz
Si antes de la muerte de los diputados, el Intercambio o Canje era una necesidad en la vida colombiana, ahora deviene en imperiosa. El presidente colombiano no puede seguir jugando con la vida de los prisioneros.
Ya lo han dicho muchos países de la comunidad internacional, especialmente Francia, Suiza y España. La exigencia del Intercambio o Canje de estos gobiernos al gobierno de Álvaro Uribe Vélez es una injerencia beneficiosa para la Paz en Colombia. Que contrariará los planes guerreristas de Estados Unidos que pretende mediante dichos planes apoderarse de TODAS nuestras riquezas naturales con el mínimo esfuerzo (el Plan Colombia lo sufraga Colombia en un 93,5%) y lesionará lógicamente los intereses de otros países, especialmente los europeos.
En dirección a la injerencia beneficiosa de Europa, es fundamental el reconocimiento de las FARC como fuerza beligerante, como bien señala la propia organización insurgente, toda vez que la demencial ceguera de Álvaro Uribe Vélez sólo le permite escuchar los ‘cantos de sirena’ guerreristas de Estados Unidos, los cuales de paso satisfacen su morbosa obsesión.
Nuestro Libertador Simón Bolívar decía al General Heres, el 25 de julio de 1825:
«Contra los canallas pueden emplearse las armas que usan ellos mismos»
Modificado el ( martes, 20 de noviembre de 2007 )