viernes, 13 de junio de 2008

Misión de la Universidad: ¿Gobernar de espaldas a la realidad ó asumir el desafío de profundizar la Democracia?

Miércoles 25 de abril de 2007, por Guasalun

Este boletín se publica ad portas del proceso electoral que se realizará el 14 de abril por la Asamblea General de la Universidad para elegir al Presidente o Presidenta de la Universidad, proceso e implicaciones de suma importancia para el destino del profesorado. Con la “Opinión Autónoma” se inaugura un medio de comunicación que tiene como propósito generar un espacio para la difusión de las opiniones, parte fundamental del derecho de libertad de expresión que establece la Carta Política y que se debe ejercitar en la Academia con responsabilidad y respeto a la dignidad humana, único limite que se traza por este órgano político. Cada Autor o autora es responsable del contenido de su artículo. De esta manera aspiramos a que la opinión, la denuncia, la critica se realicen por los canales propios de una democracia que fluye y que enfrenta con autonomía y valentía las situaciones que vulneran los derechos y que por temor se silencian, poniendo en riesgo la integridad de los procesos, de otra parte se contribuye a fomentar una cultura que se responsabiliza de sus actos.

Para el profesorado es vital esta elección. La continuidad y viabilidad de la universidad como proyecto en ascenso, reposa en la sabiduría con la que se cuente para elegir a quien reúna las mejores virtudes personales, éticas, políticas, y académicas para recuperar dignidad, la transparencia y la confianza en la Administración.

La inestabilidad y la ingobernabilidad en la que se ha visto la universidad en los últimos tiempos, deben servir de punto de referencia para que la próxima elección, sea una oportunidad en la reflexión a propósito de la responsabilidad histórica, de quienes bajo el sagrado derecho del voto, decidan el perfil del encargado de direccionar los destinos de la universidad. Creemos que es prioritario votar sobre un programa de gobierno que recoja el sentir y las agendas de la mayoría de los miembros y estamentos de la universidad.

Sólo quien lidere un proyecto académico y administrativo pluralista, solidario, basado en el dialogo, la participación y decisiones colectivas, la transparencia y el respeto por la diferencia, podrá contar con el apoyo necesario de las bases de trabajadores, profesores y estudiantes para organizar la universidad y proyectarla hacia el mejoramiento de su calidad y el proceso integral de lograr la acreditación institucional.

Es de tener en cuenta, que la universidad caracterizada en el entorno por formar profesionales con profunda responsabilidad social y sentido crítico, ha perdido credibilidad y reconocimiento, manifiesto especialmente en estos últimos seis años. Los valores y principios en los que se fundo la universidad se han trastocado, el nivel académico ha descendido, la persecución política y laboral se convirtió en política administrativa y académica. Los vínculos entre el profesorado, los trabajadores y sus organizaciones sindicales se han socavado, afortunadamente con ocasión de resolver la crisis del “paro de marzo”, se ha comenzado a articular la multiestamentaria entre trabajadores, organizaciones de profesores, trabajadores y estudiantes e inclusive Administración. En buena parte algunos profesores se han sometido o puesto al servicio de los intereses particulares de sectores de la Administración. El espíritu de cuerpo se debilitó, la burocracia y algunos mandos medios controlan o inciden en la distribución de la burocracia y en las decisiones administrativas. La concentración de poder en el Consejo Directivo al debilitar la participación democrática, tiene gran responsabilidad en el desmejoramiento de la universidad, en tanto los distintos estamentos y las facultades gozan de poca autonomía para impulsar sus planes de desarrollo con el apoyo de profesores y estudiantes.

La calidad de la educación va estrechamente ligada a los propósitos con los que surgió la universidad. La elección del presidente o presidenta de la universidad, no es asunto meramente de los fundadores, por el contrario tiene que ver con las expectativas de estudiantes, profesores y trabajadores que han entregado su quehacer y su proyección a esta institución. Los desafíos a los que esta expuesta la educación superior en el contexto de la globalización que profundiza la inequidad, la injusticia, y que genera una competencia donde solo tienen cabida los mejores, forma parte de las dificultades que deberá enfrentar quien presida la nueva administración.

El Sindicato de Profesores se ha sumado al proceso de consulta democrática sobre quien debería ser el presidente o presidenta de la universidad, porque consideramos que este ejercicio se convierte en un parámetro para medir la opinión y observar hasta que punto los fundadores, tienen en cuenta y recogen el sentir de sus bases sociales. Si están interesados en un verdadero proceso académico colectivo o si simplemente quieren defender unos intereses eminentemente particulares y de espaldas a su realidad. Saludamos esta iniciativa de los estudiantes, creemos que es necesario fortalecer este mecanismo como parte de la formación integral a la que apuesta toda la comunidad académica. Este proceso mueve la conciencia política y genera cultura democrática en todos los estamentos de la universidad. El martes 10, estuvimos acompañando a los fundadores que aceptaron el juego democrático propuesto por el estudiantado. Aunque sólo los doctores Simón Younes y Gelasio Cardona, asumieron el reto planteado, los felicitamos, porque como académicos entendieron que este proceso sigue los principios que una academia debe desarrollar. Si bien la convocatoria tuvo y tendrá muchas dificultades, este es un esfuerzo que nos llena de esperanza porque es un proceso que incentiva la academia. Si bien el estudiantado e incluso el profesorado fueron poco receptivos, creemos que es un buen comienzo porque es necesario mover la conciencia política y democrática de los sujetos ante la indiferencia de nuestra propia realidad. Este resultado es fiel reflejo de la academia que enseña y aprende de manuales y que se aísla de su propias problemáticas. Es la paradoja del filósofo racionalista que mirando al cielo, resuelve los problemas, bajo modelos especulativos, pero que es incapaz de manejar adecuadamente su propia vida.

Deseamos que en la elección del sábado cuente primero la universidad, no la vergüenza de imponer a quien más fuerza tenga, aún a costa de envilecer el fin noble de una administración al servicio de la academia. Justificar un ejercicio de poder sin el consentimiento y el respeto por la comunidad puede agravar la crisis institucional. Por ejemplo, la forma como se manejó el registro del programa de Derecho, primero omitiendo cumplir los requisitos exigidos por el Ministerio de Educación, bajo el pretexto de la soberbia del poder y luego acudiendo a procedimientos no propiamente legítimos para un proceso académico, hechos que mantienen a la universidad bajo el circulo de la sospecha y especialmente por la actitud de algunas personas de la Administración que con sus posiciones verticales para el manejo de lo académico autocrática, continúan incrementando el riesgo sobre la viabilidad universitaria en términos del proceso de acreditación.

Invitamos al presidente o presidenta elegida, a mantener un dialogo con todos los estamentos. Los nuevos paradigmas filosóficos nos enseñan la necesidad de desarrollar las democracias deliberativas. La organización sindical propone un proceso de negociación que considere la categorización general, a partir del acuerdo 132, suspenda las convocatorias de nombramiento de profesores de conformidad con el 404/02, modifique el actual proceso de evaluación, se resuelva el problema de disminución de horas de algunos profesores y profesoras, se avance en el nombramiento de profesores de tiempo completo y medio tiempo...

Deseamos que el proceso de decisión electoral sea en beneficio de toda la comunidad académica.

Didima Rico Chavarro
Profesora Facultad de Derecho
Presidenta Sinprofuac

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