Domingo 18 de mayo de 2008, por Guasalun
D.R. ¿Dada su formación lingüista y en su calidad de vicerrector Académico qué tan viable ve usted la Universidad?
J.C. V. La Universidad Autónoma tiene una ventaja frente a otras universidades. La reflexión y las herramientas normativas con que cuenta le permiten tener de entrada un proyecto estratégico definido, un proyecto educativo escrito, justificado y reglamentado para adelantar con propiedad actividades tan importantes como la investigación, la extensión, la elección de los cuerpos directivos, entre otras del ámbito académico administrativo. En principio esta normatividad nos ayuda a tener un espacio y a ver en qué paradigma nos movemos. Sin embargo, el reto que surge es la implementación del proyecto educativo.
La Universidad está pasando por un proceso de consolidación de todo su sistema normativo muy interesante, a partir del cual comenzar una etapa de crecimiento gradual de estructuración y desarrollo de los programas, de presentación de proyecciones, de maduración que es muy importante entender por los ajustes que eso conlleva. En tal sentido no debe extrañarnos que existan algunos momentos críticos como el que se está viviendo y que deben ayudar a hacer claridad y a ge nerar políticas para el crecimiento de la universidad.
D.R. ¿Cuáles son las mayores dificultades institucionales que encuentra para el proceso de acreditación?
J.C.V. La acreditación debe ser un proceso continuo, que no se corte en ningún momento, realizado en dos etapas: una primera de generación de confianza, de credibilidad, que es cuando se le dice al Ministerio de Educación Nacional o a sus órganos competentes que la institución voluntariamente ha decidido acreditar uno, dos o tres programas; la segunda, cuando se implementan y se ponen a andar las actividades y requerimientos que exige la acreditación. Si ese proceso se interrumpe por algún motivo, automáticamente se genera en la cultura organizacional una sensación de incumplimiento que hace más difícil reactivar los procedimientos de autoevaluación, la recuperación de documentos y, lo más delicado: recobrar la confianza en las personas que hacen parte de la universidad y en particular de quienes cursan los programas que están en la acreditación. Por lo mismo es muy importante entender que la acreditación es un compromiso institucional que no depende de autoridades temporales y que el mayor reto para la Universidad en este momento es generar confianza institucional.
D.R. En la Fundación Universidad Autónoma de Colombia FUAC existen dos sistemas de escalafón: el 132/ 89 que es convencional y el 404/2002 que lo produj o unilateralmente la Universidad, conforme a las nuevas necesidades normativas de la acreditación. La preocupación del profesorado es ¿cómo articular estos dos escalafones de manera que sean operativos y aplicables de manera universal?
J.C.V. En principio hay que reconocer que los dos acuerdos están vigentes, habría que analizar con bastante cuidado en qué medida se puede establecer un híbrido que nos permitiera capitalizar las bondades de las dos normas y acomodarlas a un aspecto que creo el más importante de todos: contar con un personal altamente calificado.
El punto de partida de este proceso de análisis sería encontrar las bondades que justificaron la expedición de cada sistema de escalafón. Los profesores deben saber, no tengo la menor duda, que los dos están vigentes y que lo que motivó el 404, como tu lo acabas de señalar, fue ante todo el interés por mej orar la calidad de los profesores que hacen parte de la universidad. El segundo paso del proceso es entender que la vinculación docente está asociada no solo a lo que piense la Universidad sino al ritmo que lleva la educación superior; en tal sentido es importante conjugar la tradición de formación del escalafón en la entidad su reconocimiento como fundamental para la calidad educativa con las necesidades que se tienen frente a retos tales como la acreditación, la calidad docente y los proyectos de investigación. En consecuencia, la unión de esos dos discursos nos puede dar una solución no al problema sino al análisis que tenemos que hacer.
Y es un análisis que se tiene que hacer en el interior de la Universidad como es natural, porque se trata de llegar, si es posible, a un escalafón único, para que los profesores que no se han acogido al 404 puedan vincularse y que, además, tengamos una política acorde para la programación y el manejo de los concursos.
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